domingo, 14 de agosto de 2011

COMO ESTÁ EL MUNDO, FACUNDO.


COMO ESTÁ EL MUNDO, FACUNDO  1
A un acosador “religioso”

Estimado Señor: como ya he repetido muchas veces en mis escritos, no soy ni usted lo es, infalible, por lo que yo puede estar equivocado igual que usted. Ahora bien, yo tengo mi fe, que me sustenta en medio de los avatares de la vida.

Usted también tiene fe en la política, en las cosas de la vida,  y a las que no considera tan funestas como yo, mal llevadas como son. Y las que tantos sobresaltos le proporciona continuamente. Porque si es perjudicado mal se le da, y si es beneficiado me dice usted sin palabras la clase de persona que es.

Convendrá usted conmigo en que yo no trato de llevarle a mi pensamiento, porque me limito a exponer lo que creo, y allá cada cual con su responsabilidad. Solo hago apología de Jesucristo. Y desde luego y así lo hago saber regularmente cualquiera puede pedirme que le borre de mi lista de direcciones. ¡Más fácil…!

Las demás cosas son asuntos de humanos y fíjese hasta donde nos llevan nuestros propios pensamientos y actos. A guerras, desconfianzas y multitud de crueldades terribles y crudelísimas, desconocidas por la gente, hasta que no las vemos reflejadas en el periódico. Si esa es la alternativa al cristianismo, tiene menos porvenir que un charco al sol, como vemos todos los días.

Ya no escribo para ese periódico, por sus muchas fluctuaciones, y porque está sembrado de contestatarios a los que leo y considero. Pero que no dejo de reconocer (en su mayoría) que son botarates con computadora. No tendrán la culpa por escribir así, pero reflejan lo que es la actual sociedad y cual es su pensamiento común. Haga la experiencia.

Amigo mío, es que no dan pié con bola en sus llamados “razonamientos”. Esa es nuestra España que no es tan profunda, porque salta a la vista con solo leer los comentarios a los artículos interesantes de la prensa.

Así que insisto en reiterar mis convicciones sin entrar en polémicas, porque mi función no es la de polemista, ni mi fe suelen compartirla algunos que, o bien se adhieren a una religión o grupo religioso, o bien se determinan por un especie de nihilismo, en el «todo vale» y cuyos resultados contemplamos todos los días.

Mucho desearía que los mensajes que me escribe fueran más temperantes, pero ya entiendo que desde su posición, sentado en la silla de la incredulidad se escribe de esa manera. Créame que me encantaría responder desde otro lenguaje adoptado al que recibo, pero yo no soy así.

Tengo mi genio como cualquier otro, pero ya la vida de Cristo actúa en mí, por lo que me alegro de responderle sinceramente, pero conteniendo los deseos de responder algunas de sus frases en un lenguaje parecido.

Y no solamente abundan estas personas en las clases más incultas de la sociedad. Póngase a escuchar lo que dice un “sabio” de los de las tertulias televisivas o radiales y se llevará las manos a la cabeza de las majaderías y lugares comunes que se gastan los de algunas de ellas.

Pero como dicen lo que al “distinguido público” le gusta, tienen un éxito arrollador. Y aplausos, y “espectáculo”, que es lo que venden. Y mientras, el país en dirección al obstáculo final que le hará naufragar. Y ahora que lo arreglen otros a los que acosaremos continuamente.

Y ello por mucho que los políticos hablen de “soluciones” a la situación que vivimos, gracias a la “fastuosa gestión” de nuestros mandamases. ¡Y les votan y defienden! Como si a mí cualquiera de ellos, me fuera particularmente odioso.

Lo que ocurre es que, cuando veo el resultado de sus «espléndidas gestiones», me reafirmo en que fuera de una moral cristiana, lo demás es un desbarre y una ruina. Por lo demás, que cada uno se dirija a su destino.

Ya ahorcaron a Hussein, el Sha se murió de cáncer, el Gaddafi, esta en tenguerengue, y no se rinde porque sabe que lo ahorcarán o cosa parecida. Solo Cristo es bueno y solo seguirle es lo bueno. Allá seguiré hasta el final. Dios me lo conceda.


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