
¡Oh que ventura la mía
Si tengo bajo su manto
Un refugio del espanto
De la lucha y la agonía!
Si mi admirable María
Me acogiera con un santo
Beso que sería mi encanto,
Y llenará de alegría.
La flor de mi corazón,
Se la dedico a la Santa
Madre de Jesús amado.
Yo no pongo condición,
Solo digo que me encanta,
Soñar que vivo a su lado.
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