Pues sí querido amigo: Yo no quiero
ni he querido ser algo en la Iglesia.
Algunos clérigos cercanos en la distancia ni siquiera me conocen. Ya sé de codazos y
pieles del plátano, para que entre en esos trajines. Tengo presente que si lo
hago ya he tenido mi consuelo en ello y por tanto no me interesa con vistas a la Vida Eterna. Tampoco quiero ser
un beatito o un meapilas etc. como tu mismo me dices que puedo ser. Mi piedad
se basa en una frase que el señor Jesucristo dijo claramente sin opción a
interesada interpretación: ¿Porqué
me decís señor, señor, y no hacéis lo que os digo?
Te lo explico más rústicamente con
palabras de un profeta que usaba para los israelitas un lenguaje figurado que
todos entendían claramente: El buey conoce a su dueño y el asno el pesebre de su amo;
Pero Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento." (Isaías
1:3) La
sociedad en casi todos los pueblos prósperos ha renegado de su Dios, y así nos va todo este tinglado sin pies ni cabeza, para ver
quien es más despabilados para robar, abusar, jactarse, y hacer mofa de las
ordenanzas de Dios que (siempre lo digo) son para provecho, salud y paz de todos los que
le siguen.
Cada uno se hace su propio proyecto,
que las más de las veces, es derrumbado por la realidad de los hechos. El camino de Jesús es el bueno, y sería necio
por mi parte seguir otro que
ya sé que me lleva a estrellarme con la vida real, y que me dejará inerme ante
las dificultades que se me presentarán sin duda y que no sé como arreglarlas. Confío en Dios, acepto sus designios, y
me va tan ricamente. Y
le dejo a Él el oficio e juzgar.
Ciertamente, he pasado en mi ya larga
vida por momentos no tan buenos, pero como espero una trascendencia de gozo y de paz, me adapto a la realidad y no me
complico con elucubraciones. De estas se tienen que ocupar las personas preparadas, y dedicadas a profundos estudios,
que yo no necesito para esta faena mía de expandir unas ideas cristianas que surgen de la Revelación , y de la
marcha de la vida y la historia.
Para mí, y lo siento, que los
llamados lefebvrianos son ni más ni menos que Lutero, Calvino, Swinglio, y
tantos que no estaban
conformes con los abusos o deformidades de su época. Y esta época no tiene parangón con aquellos oscuros tiempos.
Llamarse católicos y decir
lo que dicen del Papa, no es propio de católicos, si es que creen en lo que
dice la Iglesia Católica.
Después allá cada uno
con su idea. Y como no escribo en dogma sino como opinión, no me importa
demasiado lo que piensen otros. Dios sabe.
Así que solo soy hombre de servicio, que pretende aclarar para los pocos o muchos que me leen.
No todos son peritos en
estos temas, y por ello
escribo de la forma en que lo hago. Creo que con que uno solo salga de su sueño
espiritual y entre, por su
dicha, en los asuntos del Evangelio Eterno, me doy por satisfecho por estos trabajos que pueden tener más o menos acogida, pero es lo que sé y lo que digo. Yo,
es que me creo La Revelación.
AMDG.
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