martes, 6 de diciembre de 2011

¿AGNÓSTICO? ¡TAL VEZ!


 

Estimado Roberto: siendo, como dice, agnóstico, no tiene por que sentir ninguna preocupación por ello, ya que solo se puede creer en lo que se cree. Cada uno es vasallo de sus pensamientos y creencias, así como de las consecuencias de su manera de pensar. Cada uno con sus convicciones.

Nosotros los cristianos nos sentimos libres para creer lo que creemos, con todo respeto a tibios, piadosos, melifluos, agnósticos, que esto último puede ser de todo, según mi experiencia (recibo más de quinientas cartas todos los días). Así que ya verá si estoy al tanto de lo que ocurre a muchos.

Unos escriben curiosidades muy bonitas (a veces por decenas el mismo mensaje), y otros sin embargo me hacen receptor de sus problemas; a todos los cuales procuro hacer honor con todas mis limitadas capacidades, y con la mejor voluntad del mundo. Para ello no necesito meterme en berenjenales doctrinales, teológicos, etc., que de eso sobra quien se ocupe con maestría y espíritu. Le aseguro que hay mensajes desgarradores.

Con todo respeto, y como modesto comentario al suyo, le comunico que, en mi experiencia, la posición agnóstica es la cómoda porque no compromete a nada. Mi abuela siempre dijo que no podía existir el MAR, porque ¿de donde iban a sacar el agua para llenarlo?

Y le aseguro que le mostrábamos un panorama muy pequeño. Pero ella murió sin ver el mar, ni concebirlo siquiera. Murió agnóstica. No creía en el infierno, porque decía que ¿de donde iban a sacar para echar leña continuamente? Y no era tonta: simplemente agnóstica.

Aunque le parezca mentira, hay gente que no cree en América, y quien cree que la llegada a la Luna es un camelo. Que la vacuna de la gripe porcina es una estafa, y así hasta el infinito. Ahora bien cada cual es cada cual, y por tanto hay que mostrar respeto por las personas, aunque no estemos conformes con los hechos

Nadie conoce lo que hay en el corazón humano, que es más profundo que cualquier otra cosa creada, incluso las profundidades siderales. Así que meterse en estas profundidades, cuanto menos es necio.

Es de agradecer que se tome tiempo para informarme sobre su posición. ¡Gracias! No soy dado a las cadenas. Este mensaje es por causa de una buena amiga que tiene esas formas de piedad, y a la cual no tengo entrañas de no hacer sinceramente ese favor que me pedía, por causa de una bellísima hija que padece cáncer. Y si me hubiera pedido algo estúpido, o algunas clases de cadenas de mensajes de esas en que se te vienen encima las catástrofes si no las sigues, lo hubiera hecho también. ¿Qué sabe nadie del valor de cada palabra o anhelo?

Esta señora (Dios la oiga, la ampare, y la bendiga), hace muy bien en recurrir a la oración, para que sus amigos extiendan su clamor angustioso por la enfermedad de su hija. Yo en todo caso me haré eco de ella, por muy ridículo que parezca o me pudiera parecer a mí.

Ella es mi amiga y yo le cumplo, como siempre hago con mis amigos. A veces casi haciendo el ridículo ante los que me conocen bien. Nadie es capaz de orar ni de ponerse en comunicación con el Creador y hacedor de este tinglado de galaxias, cuerpos astrales y hasta la más humilde flor o insecto, si no pone algo de esperanza en que su angustia y sus temores, serán escuchados, por el que hizo el oído y el que hizo el Universo.

Negar inteligencia a lo inteligente, no me parece la mejor forma de razonar. Que la realidad sea como la concebimos cada uno, o no, ya es cosa de “Otro”, o ente si lo prefiere, con poder suficiente y sabiduría para saber como manejar su Creación, aunque a nosotros, cualquier cosa que nos contraríe, o vaya en contra de nuestra forma de razonar, nos parezca necedad.

Por lo demás, con todo respeto, me permito recomendarle que lea la vida de Jesús, y como dice el anuncio; si encuentra algo mejor: ¡cómprelo! Eso es privilegio de su libertad. En el respeto a ella le saludo con toda cordialidad.

AMDG.

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