martes, 6 de diciembre de 2011

DEL ABUSO GENÉSICO


La posibilidad de gobernar el instinto genésico, es una realidad comprobada por la ciencia médica con bastante rotundidad. La abstención no ofrece peligro alguno. No es recomendable a los que el instinto genésico impulsa locamente, pero cuando es elegida conscientemente y se somete uno hasta a la abstención definitiva, no hay problema insuperable. Otra cosa es que sea impuesta contra la voluntad del que la practica,  y por lo tanto puede llevar a trastornos psicológicos y neuróticos.

De enfermedades derivadas de la genética de naturaleza incoercible y otras razones, no abundaremos por tratarse de temas médicos, y cada cual conoce como se siente ante ese escabroso asunto del sexo. Aquí se trata de orientación, no de dogmatismo.

Exagerar la intensidad de la necesidad sexual es una falacia, ya que es perfectamente compatible con una vida feliz, y llena de otros muchos y hermosos actos gratificantes. Anomalías constitucionales son (ya lo hemos dicho), cosa médica, aunque según la ciencia en una minúscula proporción.

No obstante, en las publicaciones de masas se estimula la actividad sexual, se magnifica, se trata como un asunto baladí en sus consecuencias físicas y psíquicas, y se engaña a las personas que los escuchan con la sugestión de que es una exigencia irrefrenable, cuando solo se trata de una solicitación más o menos admitida mentalmente.

Se piensa que es algo irresistible, doblegando las almas de las personas ante un ídolo más de lo que, en conjunto, son las cosas innecesarias de las que creemos que nos debemos conceder imperiosamente.

Cuando el pensamiento y la voluntad actúan conjuntamente, este impulso genético es perfectamente controlable a su dimensión correcta, sin que se haga (como se hace) por muchos, una especie de búsqueda de un record para demostrar algo que ya está demostrado. Que el varón es varón, y la mujer es mujer.



Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies; por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sion, y Dios descubrirá sus vergüenzas.



Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura. (Isaías 3: del 16 al 24)

Avisados quedamos

Aquel día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas, los collares, los pendientes y los brazaletes, las cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos, los anillos, y los joyeles de las narices, las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas, los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados. (Ya vemos que los adornos de las mujeres no son de hoy mismo)

UN APORTE BÍBLICO:

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