miércoles, 7 de marzo de 2012

MANSEDUMBRE, NO IMPOTENCIA (Ultrajes a Dios)


 

 Hay un complejo en los cristianos, que les obliga a aceptar de forma ovejuna cualquier ultraje que se haga contra las figuras que no solo veneramos, sino que tratándose de Dios y su Cristo nos hacen indignar. Cuando se ultraja la religión y las personas que la representan es una cosa personal.

Cuando se hace un ultraje a la figura de Jesús, es otra distinta. Todos creen que no se puede hacer nada, porque Jesús dijo que cuando nos propinaran una bofetada que ofreciéramos también la otra mejilla. (Mateo 5:29) No es lo mismo una deformación de noticia, que un ataque directo sobre asuntos de vida o muerte para los cristianos.

Naturalmente que Jesús mantuvo siempre la mansedumbre en su conducta y en eso hay que imitarle. También conocemos episodios, en los que clamó contra los hipócritas, y les llamó hijos de infierno, y respondió al que le abofeteó en presencia del pontífice: Si he hablado mal, muéstrame en qué; y si bien, ¿por qué me golpeas? (Juan 18:23).

¿Es que no podemos hacer nada? ¿No podemos defender el nombre de Jesús, y enfrentar a los que ultrajan su figura de unas formas infames? No me vale decir que si fuese Mahoma el profeta del Islam no lo harían, porque ellos sí usan la violencia. Allá el juicio

Voy a poner un ejemplo reciente. Primero echaron de la Basílica del Valle de los Caídos, a los que iban a la misa que allí se celebraba los domingos. Después los echaron fuera del patio, teniendo que hacerlo en la calle, en las afueras del recinto. Pero allí fueron y allí pasaron frío, humedad, viento lluvia etc. y teniendo que poner los automóviles en peligro de que les multaran.

Aquello era un desafuero por parte de los responsables políticos, que de responsables no tienen nada, puesto que lo hacen sin temor a sanción alguna. Pero centrándonos en el asunto, diremos que los católicos sí pudieron hacer cosas sin faltar el respeto a nadie, y exponiendo lo que hubiera que exponer.

Fueron a su misa, con todo denuedo, y si los echaban de un sitio se iban a otro, pero el testimonio se mantenía y por fin las autoridades tuvieron que ceder, poco a poco, pero cedieron. La imposición se puede contrarrestar con denuedo y valentía. No hace falta violencia, sino valor para dejarse inmolar por la fe en el Señor Jesucristo, y la dignidad de Dios. Eso no es rebajarnos, sino defender pacíficamente el nombre de Dios.  

Sí, se puede hacer mucho, cuando hay la firme decisión de hacerlo. Muchas veces, algún menguado hace mofa del Señor, presentándolo de forma indigna y vejatoria. Los cristianos debemos hacer lo que podamos para que estas cosas no ocurran, solamente poniéndonos de acuerdo para que el indigno no se salga con la suya. Seamos de la observancia que seamos. El es Señor de todos.

Si es comerciante, no le compremos, si fabricante, hagámosle boicot a sus productos, si autoridad, hagámosle saber que por ninguna razón le votaremos. Si periódico, no lo compremos, si televisión hagámosle contrarresto no viéndola. Hay muchas maneras de matar chinches, dice un refrancillo de mi pueblo y así es.

Ante estas situaciones de burla a nuestras personas  sepamos ser mansos, y en el caso de la burla hacia Dios y su Cristo, sepamos también ser sabios; unámonos todos los que comemos de su pan, y hagamos que se le respete y no se le hagan afrentas, que hieren a todo el que es adorador del Único Dios. Es algo muy pero que muy serio.

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