miércoles, 25 de abril de 2012

APUNTES PROFÉTICOS



Hoy día es moda decir a los chicos: sois libres y podéis jugar con el sexo lo que queráis. Solo que tengáis cuidado con tomar las precauciones convenientes y bla bla bla…. Y ellos se lo creen, sin saber que lo que le dicen es la mentira más monumental que se le puede decir a un chico.

Este puede que pierda estudios, y ahora se lo van a poner más difícil pues los repetidores tendrán que pagar y al quitar el servicio militar, el ocio hace que tanto ellos como las chicas tengan de la vida y la sexualidad un concepto muy erróneo de la vida y cuando dirijan el país y el mundo no conocerán lo que un pueblo bajo sus manos necesita realmente.

Tan erróneo, que las nuevas generaciones cuando tomen en sus manos el timón de la responsabilidad de dirigir, lo harán con unos paradigmas tan  alterados, mudados,  y nuevos, (hasta para ellos mismos) que todo marchará como para el Apocalipsis que tanto mencionan los profetas de los últimos días.

No hará falta que ocurra ningún desastre natural, cósmico o terrestre. Nosotros mismos, con nuestras filosofías de vida destruiremos la tierra. El Gran Hermano será una realidad ante cuya potencia y manipulación, lo que ahora se dice del club de Bilderberg, los Iluminatis, los Reptilianos, etc.…  y todas esas patrañas o verdades que circulan por las redes de Internet, se verán empalidecidas por la fuerza de esta ominosa realidad.

Al admitir la supremacía de la imaginación sobre la voluntad podemos ser manejados fácilmente por cualquiera. Más aun, si este es un poder seductor y poderoso. La derrota admitida de principio, es derrota también al final además de sus consecuencias.

Solo un deseo vehemente de autocontrol, puede llevarnos a ser dueños de nuestra voluntad. Los que predican la anarquía de voluntad, alma, y adaptación, tienen que reconocer que solo admitir estas tesis constituye un esfuerzo de voluntad. No siempre se quiere lo que se hace por presión social.

Este estado de cosas llegará, como ya se está viendo hoy. Estamos poniendo en marcha la cultura que lo hará posible. No es necesaria una guerra ni una catástrofe mundial para que sucedan las cosas; no se trata de profecía revelada. Se trata solo de sentido común.

En fin que seguiremos destruyéndonos a nosotros mismos por medio del cambio de paradigmas y conducta consecuente que pudrirán todo lo que queda de la antigua cultura cristiana que será perseguida como también vemos hoy mismo. Esta será la señal final de la autodestrucción de toda cultura actual con todas sus carencias. Lo demás se cae por su peso.   


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