lunes, 2 de abril de 2012

DEBATES ESTÉRILES



Alguno más o menos informado me escribe sobre mi aprobación (es más apropiado decir respeto) a los argumentos calvinistas, y me pregunta por ellos para mejorar y otros dos me dicen que los ilustre. Son evangélicos, que me dicen algo sobre las obras, muy interesante, pero muy trillado.

El debate entre fe y obras, lo he tratado en numerosas ocasiones en escritos anteriores; tal vez remotos. Y hay cientos de buenos libros, que lo tratan desde distintas perspectivas para el que quiera ilustrarse.

En realidad hay dos concepciones principales o básicas; la de Jean Calvino (calvinista) con su mensaje de elección incondicional y la de Arminio, por la cual los “arminianos” (adictos del pensamiento de Arminio) creen que la salvación se obtiene por las obras que podamos hacer las personas. De una y otra parte se aportan versículos bíblicos que abonan estas doctrinas, pero lo que no se contextualiza adolece de mala comprensión.

La Biblia, en un solo versículo, lo afirma categóricamente y nos pone ante la dicotomía, obras versus Gracia. Como se dice en la enseñanza, ni teórica sin práctica ni práctica sin teórica. Como dice claramente el apóstol: Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.(Santiago 2:14, al 26) Todo contextualizado magistralmente.

La Iglesia Cristiana Universal, realmente no tiene problemas de interpretación en estas materias. Son simplemente formas de entender la relación entre estas dos “expresiones del amor de Dios” que nos hace por su Gracia (sin merecerlo) hacer obras buenas; y así dice la Escritura: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. (Efesios 2:10)

No es no más ni menos que el amor de Dios, expresado en el amor al prójimo y a todas las criaturas. Las obras ameritan que la fe está bien establecida en el corazón, mediante la Revelación y el correcto conocimiento de tan Gran Revelación de Dios que tan descuidada tenemos casi todos.

Simplificando; si quieres a alguien, te gusta estar con esta persona. Si no te gusta estar con ella, tu cariño está sujeto a muchas dudas. De ahí que el seguimiento de las ordenanzas de Jesús, sea una misión -terriblemente a veces- difícil de cumplir por nosotros, que somos todos pecadores perdidos, y que solamente mediante el amor de Dios manifestado en su Gracia, somos salvos de la Ira de Dios contra todo lo que vemos que sucede a nuestro alrededor de vicio, prepotencia, dolor, esclavitud, etc.

Hay veces en que podríamos clamar como David rey de Israel cuando decía angustiado: Mi corazón está dolorido dentro de mí, y terrores de muerte sobre mí han caído. Temor y temblor vinieron sobre mí, y terror me ha cubierto.  Y dije: !Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría. (Salmo 55: 4,5,6) Es todo cuanto debo decir. Doctores hay, para tomar lección de este escrito de respuesta.
 AMDG.

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