domingo, 12 de agosto de 2012

AUTOAYUDA



Desde hace años se viene comprobando, como las gentes perdidas en su ignorancia y soberbia acuden a los libros de autoayuda. Bien es verdad que acuden de forma vergonzante a veces, pero formas de filosofía como “La Inteligencia Emocional”, el muy famoso de Dale Carnegie”  Como ganar amigos e influir en las personas” que desde luego  ha ayudado a muchos son destacables. Y ¿Cómo no! Michel de Montaigne. Hay tantos.

Todo lo que ayuda a la gente es de recibo aunque sean solo remedos, más o menos afortunados, de la verdadera doctrina de Jesucristo. Tanto volverse locos con tanto libros y tantas majaderías a las que se lleva a las gentes que creen que han descubierto algo nuevo.

El que no cree en Dios y en su Cristo, cree ya en toda argucia del enemigo y en las más aberrantes formas que emplea el diablo. Y existen de los más variados colores y condición. Yo soy judío, y soy musulmán etc. en lo que se refiere a la fe en Dios, el Creador y suprema inteligencia y poder.

Lo que me repugna es que como los antiguos judíos digan “mi Dios” al igual que los musulmanes, o muchos cristianos. Todos somos de Dios; Él sabe que hacer en cada momento, y no es posesión ni propiedad de nadie ¡faltaría más!

¿O somos más inteligentes y poderosos que Dios? ¿Queremos llamarle de otro modo? ¿Adelante! aunque Él ya comunicó cual era su nombre: el que existe por sí mismo. Él es quien es, y todas nuestras muchas  elucubraciones no sirven para nada.

Agnósticos que son semipelagianos o arminianos, arrianismo moderno, y un largo etc. nos lo encontramos hasta en los mejores. Lo que ocurre es que se disimulan, tal vez en casos inocentemente, pero en realidad son herejías.

               Pero si no hay que filosofar tanto. La Santa Escritura lo da todo claro. Lo que pasa es que hay demasiados teologuillos que quieren destacar. Y gente que quiere tapar sus vicios y errores, mediante las teologías modernas tan al uso y tan populares con tal de enmendarle la plana al mismísimo Jesús.

            ¡Es tan fácil hacer lo que Cristo dejó dicho, y con la ayuda del Espíritu hacer de este podrido mundo un vergel de abundancia en todas las facetas de la vida humana! No nos doblegamos ante el supremo poder y el supremo amor, y así vemos los desastres que comprobamos continuamente. Es nuestra elección y los resultados de ella. No pongamos culpa alguna sobre Dios, bendito sea su nombre

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