domingo, 2 de diciembre de 2012

OBISPOS Y OBISPAS (1ª parte)






Leo en los blog que van conformes a la instrucción de Jesús, y me doy cuenta de cuanta bribonada se esconde tras de tanta parafernalia de cargos, carguitos, y todo lo demás, tan cutre y tan ramplón.

Por supuesto se puede hablar menos agresivamente, pero es que algunas veces has de salirte del pentagrama para acusar a los sucesos que pasan diariamente en el interior de La Santa Iglesia de Jesucristo. Jesús ya lo hizo en algunas ocasiones

Y esto no lo digo yo por mi cuenta sino la misma Escritura discierne bien entre obispos y obispas. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. (Hechos 20,28)

Esto es muy grave Si no caemos en la cuenta de lo que significa Asamblea de Dios, podemos caer en lo que a continuación comento a una página sobre estos asuntos. A mí no me pican chinches de tal y de cual tendencia, pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. (2ª Timoteo 1, 12)

Tengo mi criterio después de analizar todo lo que ha caído en mis manos y ni son tan buenos estos, ni son tan malos aquellos. Después hay una serie de figurones que van a lo suyo que es ser y figurar, cuando saben igual que todos que el fin y la muerte es de todos y para todos.

Endende luego tós los burros podemos sel obispos” Se pone uno a leer todo el repertorio de revistas digitales y dan ganas de… bueno... dan ganas.

¡Tan contentas, y tan contentos todos! ¡Ya han llegado a su meta que es ser grandes del mundo! ¡Que contento estará el Espíritu de Dios!

Ayala estará por ahí, y si no, pronto aparecerá. ¿Esto es lo que tanto amé desde chiquito? ¿Tan gran verdad es escondida a los humildes? ¡Que plasta de…. Figurones!

Solo hay una Iglesia de Cristo, y Él sabe que características ha de reunir. Vivamos el Evangelio lo mejor que nos dejen nuestras pasiones, y encomendémonos todos a la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Disculpen, es que ya ni me puedo aguantar

Las palabras de la Escritura son terribles, y se pude uno echar a temblar leyéndolas y meditándolas: Porque como está escrito, por causa de vosotros el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles. (Romanos 2, 24) No saben, no entienden, Andan en tinieblas... (Salmos 82,5)

Y no soy mejor que nadie, pero hay hechos que los cristianos tenemos derecho a juzgar. No a las personas. (1ª Corintios 2,15) Eso es oficio de Dios, mucho más grande y justo, y que penetra en el interior de los corazones.

Dirijámonos a la misericordia de Dios y esperemos tranquilos. Ya sé, por que Dios permite el pecado; es algo que no puedo comunicar, por que no sé expresarme adecuadamente. Como decía San Pablo: ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno? (2ª Corintios 11,29)

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