Los dioses de las gentes
Por lo bien que lo hicieron
Y hay muchos más


Esto dice un ateo entre otra muchas “burradas”
más: Los creyentes si
los tratas de cerca verás que son escépticos, desconfiados, a veces dudan de
todo, excepto en lo que concierne a la fe religiosa, esta se la tragan por las
narices sin en el menor reparo, por eso muchas veces resultan desdeñando el
conocimiento, en cuanto se opone a sus creencias, en esto actúan ciegamente y
son capaces de tirar el conocimiento científico a la basura para justificar sus
prejuicios y supersticiones. Sic. Eso dice un ateo militante y agresivo, y muy “científico”.
Afortunadamente pretendo ser bastante objetivo
y no me dejo llevar por cualquier tontería “venga de done venga”. En todos los colectivos hay gente de distinta formación y
por tanto ha de haber
diferencias de visión.
Hay gente en la Iglesia que es algo
parecido a un águila por su altura en la percepción de los misterios, y gente
que solo vuela como las perdices. Dios quiso hacernos distintos. Él sabrá por qué.
“Pero otras diferencias son en teoría más pequeñas y en cierto sentido
deleznables, porque se trata simplemente de personalismos, de agrupamientos
que, en lugar de comunidades amorosas en el marco de esta comunidad superior
que es la Iglesia ,
acaban formando grupos tribales entre los que es imposible la tarea conjunta
porque cada cual quiere su pedacito de gloria, como si la última gloria no
fuera la voluntad de Dios y servir a su Iglesia.
Sic: Josep Miró presidente de E- © Forum Libertas”
Agarrarse desesperadamente al cura que es agrio
o desconsiderado en alguna ocasión, o a fantasías que se dicen de los que
dirigen alguna congregación especial, echar en cara las “riquezas el Vaticano”, no es prueba ninguna, para dejar de entender
que hay un misterio enorme y fuera de nuestro alcance en el Universo, desde la más enorme galaxia hasta el insecto más
pequeño.
Por supuesto que hay en todos lugares y tiempos,
gente que va a los grupos o
idearios con distintos propósitos, pero esos son los que enseñan a todos, y su juicio
corresponde a Dios. Están ahí, y sirven queriendo o no, a la Iglesia y a Dios, lo quieran
o no.
El que va de claramente sincero, no deja de percibir las maravillas que a cada paso nos inundan
y arrollan con su didáctica, y no
se fija tanto en los fallos (humanos) de los demás. Europa va hacia su destrucción. Tantos imperios han caído por la molicie, la inflación, el aborto, etc. que no es fácil que esta certificación,
penetre profundamente en los corazones del “Occidente cristiano”. La historia dixit.
Es una falacia que por parte de los gobiernos
se trate de producir igualdad y mediocridad, pero eso solo vale con las estacas bien
clavadas. Cuando llegan los momentos de crisis, el monigote de barro se tambalea como caña agitada por el viento y no tarda en
ser destruido.
España se encuentra en una situación en la que
los valores cristianos (digámoslo claramente) están por los suelos, y nadie
quiere abajarse a recoger el testigo que nuestros mayores nos han dejado en materia de dignidad real,
que daba la formalidad, la caballerosidad y el decoro; que daba la buena
educación.
Y en cuanto a lo ridículo de la fe cristiana
(aquí no entro en comunidades, fraternidades, o hasta sectas) tengo que decir
que los valores de la
solidaridad, el dialogo, la palabra dada, la decencia, la austeridad, etc. son
ridículas (se puede
añadir muchísimas más), siempre han sido la base de la convivencia, y su negación retrata perfectamente
al que lo niega tan indecentemente, y al que en su fe es atacado. Analice cada cual quien es el ridículo y totalitario. Y a
veces un monstruo aberrante y dañino. “El sueño de la razón produce monstruos”.
AMDG.
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