
Es inefable y purista, la manía que tienen
todos de ser justos a costa de lo que sea. ¿O es parecerlo? Me parece que son fariseos, o lo que
es peor, fanáticos. A los fariseos se les podría convencer, aunque conservaran
sus querencias y tic atávicos, pero con un
fanático no hay quien pueda.
El fanático de la idea no mira las consecuencias
de lo que el llama su “doctrina”.
Él, que no admite obediencia ni supeditación, se vuelve de lo más sumiso a los
que dirigen la “idea”, y hasta dan sus vidas, conociendo en la práctica y sabiendo
la injusticia de lo que les obligan a practicar.
Cualquiera puede decir, que eso pasa siempre en
todo lugar y situación. Yo trato de comprender que los que antes, en una sociedad abierta y libre, hasta donde el hombre puede ser “libre”,
hablaban de “revolución”, anarquía, rebeldía etc., ahora que viven bajo el “régimen” de su “idea”, se transforman y se hacen los más dóciles y
aborregados, en el régimen
que ellos mismos levantaron con su sacrificio para estar aun peor que antes.
El fanático lo es de una idea suya, a la que rinde adoración. A ella supedita sus intereses, su familia y lo
que haga falta. Che Guevara es ejemplo de tal forma de pensar. Algunos son medianamente inteligentes y
maniobran y maquinan maldades, pero la
principal masa es bruta como masa, sin reparos y sin moral de ninguna clase,
sino solo la suya.
El que es constante en sus ideas, se abre para
conseguir información desde fuera, para contemplar el punto de vista de los
demás y comprenderles mejor. Pero esta gente son la monda. Se sacan chorradas como juegos infantiles de magia porque sus alcances no llegan a más. Comparan la religión que es para bien, con sus
ideas que es para prevalecer ellos.
Sin argumentos recurren al insulto y al
sarcasmo. Se nota en los comentarios a los artículos de gente, si no ilustre,
sí ilustrada. Es de ver, como si pone uno al Guevara
no lo rectifica el corrector en cambio a Goethe, Schiller, D’Anuncio, Ratzinger, etc. salta el
corrector enseguida.
Todo ha sido contaminado
por la libertad, que tantas
quejas produce, mientras en países que todos conocemos son de lo más sumiso y
adaptable a lo que el “líder” manda con autoridad absoluta. Esta no admite ni controversias ni desobediencias. La verdad es que creo que son muy desdichados,
y que se conforman con todo, con tal de que su idea salga adelante, a costa del sacrificio de su libertad y su pensamiento libre. ¡Somos hombres o monos, según nosotros mismos queremos!
AMDG