jueves, 3 de mayo de 2012

IMPRESIONES BIBLICAS


OFENSA Y PRECIO

A la medida de la ofensa ha de ser el precio del rescate y la justificación, con un sacrificio a medida también del ofendido. Por eso el sacrificio de Cristo Jesús es el mayor de los sacrificios. (Hebreos 9:26). Midamos nuestros pecado y nuestra perversidad por la magnitud del precio. Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. (1ª Corintios 6:20).

Y enseguida descansemos en este otro. ¿Qué cosa de más hemos de ofrecer? Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.  (1ª Corintios 7:23). ¿Que precio? ¿Tal vez oro o plata, o favores, o riquezas capaces de rescatar a un rey? ... No hay tesoro válido para Dios, ni ofrenda de ningún bien terrenal para quien es dueño de todo. Él presentó para la salvación de los hombres una ofrenda mucho mayor. Infinitamente mayor.

Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. (1ª Pedro 1: 18, 20) Elegante forma de expresar la ofrenda de Dios para mostrar su misericordia con los hombres.

Los creyentes de cualquier denominación han de pensarse donde se ubican porque si creen en la Palabra de Dios, esta lleva consigo una gran responsabilidad. No se trata de ritos ni ofrendas humanas, que son como tamo de las eras para Dios, que el viento lleva, sino con una fe y un amor a la verdad demostrable y demostrada.

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